1.4.15

Safo. Fragmento 31.


me parece

que es igual a los dioses
                                                 ese hombre
            que está frente a ti      sentado          
y se inclina para oírte
            mientras le hablas       suave
y llena de amor  
                            le sonríes –eso aterra    
                            de verdad        
mi corazón en el pecho.  pues
tan sólo te miro 
     y la ahogada voz
            ningún ruido concede:
mas mi lengua
     se quiebra
y en ese instante
un fuego que asciende
corre bajo mi piel
y con mis ojos    nada veo
                      zumban mis oídos 
                    y el sudor me anega
                         y un temblor
                                toda
                       me estremece
                y más pálida que yerba
                      soy
                                    y
  disto poco de estar muerta:

me  parece.



** Safo (¿Eresos? s.vii-vi a.C), poeta. Sin duda, una de las voces más importantes de la lírica universal. Vivió en Mitilene, isla de Lesbos, la mayor parte de su vida, salvo por su estancia en Sicilia (594-595), a causa del exilio político. El carácter erótico de sus poemas causó ámpula entre sus lectores romanos, quienes formaron una imagen negativa de la poeta: "amante femenina", "masculina" (Horacio), mujer de "amistades impuras" (P. Oxy 1800, fr. 1), etc.  Se conjeturó, falsamente, que Safo murió, tras arrojarse de un risco, por el amor de Faón de Mitilene. Su poesía fue compendiada en 9 libros. Sobreviven unos 200 fragmentos y, aparentemente, un solo poema completo. La traducción del fr. 31, uno de los más famosos de la poeta, es propia. 

1 comentario:

fer dijo...

sugiero que el fragmento va así: Me parece que es igual a los dioses ese hombre que está frente a ti sentado y se inclina para oírte mientras le hablas suave y llena de amor le sonríes –eso aterra de verdad mi corazón en el pecho. Pues tan sólo te miro y la ahogada voz ningún ruido concede más, mi lengua se quiebra y en ese instante un fuego que asciende corre bajo mi piel y con mis ojos nada veo zumban mis oídos y el sudor me anega y un temblor toda me estremece y más pálida que yerba soy y disto poco de estar muerta me parece. solo es mi punto de vista